El diario El Tiramilla ha organizado un mega concurso para celebrar el 2011 donde están en juego muchísimos libros juveniles. Para saber las bases y lo que tenéis que hacer, pinchad en el banner de arriba. En su web se explica todo.
Puede que alguna cosilla no quede demasiado bien de mi relato, pero he intentado por todos los medios hacer una cosa decente y medio coherente, así que esto es lo que finalmente ha surgido de mi alocada imaginación:
Hace un tiempo me pasó una cosa rarísima cuando me dirigía despistada hacia el famoso internado Monster High (o el de los raritos como yo cariñosamente le apodaba), donde estudiaba mi querida amiga de la infancia Willow. Hacía tiempo que no la visitaba y tenía que devolverle Crescendo que me lo había prestado, y no había día que no me reclamase que le devolviera ya a Patch. En fin, que no sé como lo hice, pero de repente mi sentido de la orientación que hasta entonces creía infalible, me jugó una mala pasada, las calles se me volvieron del revés y donde yo creía que estaba la puerta norte del internado, la llamada El ángel del caos, estaba un bosque inmenso y frondoso, digno de cualquier historia de fantasía donde habitan seres mágicos y quizá un poco aterradores. En ese momento, caí en la cuenta que me había perdido estrepitosamente.
Cuando alcé la cabeza para mirar la posición del sol para averiguar qué hora era, puesto que para variar me había olvidado el móvil en casa, me di cuenta que era la Luz de Luna la que bañaba mi rostro y no la del astro rey. Me percaté aterrada que hacía aproximadamente solo un minuto, era la luz del sol la que alumbraba y calentaba la tierra, pero ahora sin embargo, la luna había ocupado su lugar y parecía que fuera ya más de medianoche. Siempre he sido de espíritu alegre y conformista, así que intenté no darle más vueltas al asunto para evitar pensar que me había vuelto loca, y me interné sin miedo en el bosque al descubrir que a lo lejos estaba una de las torres del internado.
Iba disfrutando del paisaje pesando que todo esto no podía ser más que fruto de un extraño y vívido sueño y que nada malo me podía ocurrir, cuando de repente me tropecé con algo y me caí al suelo, lastimándome el trasero para frenar mi aparatosa caída. Pensé irónicamente que era estupendo que mi propio sueño intentara matarme, y al darme la vuelta para descubrir la razón de mis doloridas nalgas, encontré una enorme piedra roja en el suelo. La cogí y descubrí que era un fabuloso Rubí y di gracias al cielo por algo de buena suerte. Estaba apunto de guardármela en el bolsillo, cuando un enorme rugido retumbó en el bosque y un viento feroz hizo que las ramas de los árboles se balancearan violentamente. Descubrí una Sombra Nocturna sobrevolando el cielo y acercándose velozmente a mí, y antes de que me preguntara alarmada que diantres era eso, un espléndido dragón negro apareció en el claro donde me encontraba, y me acusó injustamente de haberle robado su piedra. Dejando de lado mi sorpresa inicial de que los dragones existían realmente y de que encima hablaran de forma racional, observé que era un magnífico ejemplar y me pregunté si ya habría escogido un compañero. Extrañada ante mi propia ocurrencia y antes de poder preguntarle nada, el dragón se presentó como Temerario, El dragón de Su Majestad, y me explicó que el rubí que yo tenía en las manos le pertenecía, que se le había caído en pleno vuelo mientras se dirigía al castillo ambulante. Yo abrumada se lo devolví argumentando que no sabía que le perteneciera, y le comenté que me dirigía al internado Monster High y que si era tan amable de ayudarme a llegar. Temerario me explicó que no sabía donde quedaba aquello, pero que en El castillo ambulante que se veía a lo lejos me lo podían indicar. Mi alma se me fue a los pies, porque lo que yo creía que era el internado era un castillo perteneciente al rey Niyura, la corona de los elfos. Dejé de lado mi negatividad, y me subí a la espalda del dragón para que me llevara volando ya que era la única manera de llegar, puesto como bien indica su nombre, el castillo se encontraba en el aire y se movía.
Observé fascinada el bosque desde las alturas y vi asombrada una larga fila de elfos que abandonaban el bosque. Le pregunté a Temerario a dónde se dirigían y me explicó que era el terrible Éxodo, que los elfos se alejaban de los bosques para vivir en las grandes ciudades porque allí ya no encontraban trabajo. Después de mi estupefacción inicial, lo encontré lógico y normal y le expliqué que eso ocurría desde hace ya mucho tiempo en el mundo. El dragón me miró extrañado y me preguntó a qué mundo pertenecía. No tuve tiempo de preguntarle a que se estaba refiriendo porque en ese momento llegamos al castillo y aterrizamos. Se nos acercó y presentó una chica de pelo verde llamada Laila Winter y las Arenas de Solarie y me dijo que la acompañara para tener una audiencia con el rey. Mi cara en ese momento debió de ser un poema al escuchar su extraño nombre, porque enseguida me confesó abrumada que estaba pensando en cambiárselo. Le dije que se lo cambiara por solo Laila Winter que quedaba mejor, y creó que le agradó la idea. Me di la vuelta y le agradecí a Temerario que me hubiera llevado, y le puse su rubí en el medallón que tenía colgado al cuello. Me abracé al encantador dragón que lloraba Lágrimas Oscuras por nuestra separación y le prometí que nos volveríamos a encontrar.
Más tarde, Laila me condujo dentro del castillo a ver a Niyura, que le descubrimos cenando con El Joven Sherlock Holmes, el ojo del cuervo, que así es como le apodaban. Les expliqué a ambos mi problema, que yo solamente me dirigía al Monster High para ver a mi amiga cuando de repente me había encontrado en este lugar. El rey Niyura me atendió sin dar muestras de sopresa e incredulidad, pues me comentó que el poseía El Don, la habilidad de transportar a gente a mundos paralelos y que me había invocado para que le ayudara a evitar que sus súbditos se fuera del bosque para vivir en las grandes ciudades. Le pregunté estupefacta, qué era lo que necesitaba de mí y me anunció que yo poseía el poderoso Hush Hush, el poder que permite que la gente se calme y razone, y que me necesitaba para convencer a su pueblo para que no se fueran otorgándoles alguna concesión a cambio. Sherlock manifestó en ese momento, elemental, querido Niyura, elemental. Me pregunté a qué venía su extravagante comentario, pero me centré en las palabras de Niyura y pensé que mi poder era ser el de una especie de representante sindical, pero trabajando para el equipo contrario. Acepté, pero le comenté que solo podía quedarme hasta el miércoles, porque el viernes tenía examen de canto y tenía que practicar ya que se me daba terriblemente mal, y no me apetecía provocar un segundo diluvio universal. El rey me dijo comprendía totalmente lo que me pasaba y me confesó que a él le pasaba lo mismo cuando tocaba la flauta, así que aceptó mis peticiones siempre que volviera de vez en cuando hasta que las cosas en su reino se calmaran.
Cuando terminó la audiencia, yo estaba más feliz que una lombriz por poder quedarme más tiempo con Temerario, y la servicial Laila me acompañó a mis aposentos para que pudiera descansar. Allí saqué el libro de Crescendo que tenía que haberle devuelto ya a Willow y empecé a releérmelo sin otra cosa más que hacer. Pensé que mi amiga echaría pestes de mí cuando viera el estado del libro, así que cuando volviera a casa, me prometí comprarle otro, porque con tanto trajín al pobre se le habían caído las tapas.
~fin
Espero que por lo menos haya sacado media sonrisita a alguien :)
wow o__o espero que ganes! Menudo trabajo! Ten mucha suerte, y que El Tiramilla te acompañe ;)
ResponderEliminar-Da-
MAdre mía que currada
ResponderEliminarAdemás muy original xD
No quedaban forzados los títulos de los libros :3
Mucha suerte!
Bss!
Qué barbaridad, mucha imaginación. No sé si participaré porque la mia está en horas bajas je je
ResponderEliminar¡Muchas gracias a los tres! Me alegra oírlo porque no estaba segura de que fuera a gustar xD
ResponderEliminar¡Un besote enorme!^^
;)mucha suerte¡¡¡¡¡guapa¡¡¡un abrazo¡¡¡
ResponderEliminarMuchísima suerte. Cruzaremos los dedos.
ResponderEliminar